El tomate: ¿fruta o verdura?
Saludos, amigos. Hoy quiero hablar sobre una de esas preguntas que a todos nos han hecho alguna vez: ¿El tomate es una fruta o una verdura?. Es algo que parece sencillo, pero a veces puede generar confusión, especialmente cuando pensamos en cómo lo usamos en la cocina versus cómo la ciencia lo clasifica.
Recientemente, mientras estaba en la finca recogiendo algunas frutas y verduras, me surgió exactamente esa duda. Estaba con una canasta llena de diferentes alimentos, y me pregunté: «¿Cuáles de estas son frutas y cuáles son verduras?» El primer pensamiento que tuve fue: “Bueno, una manzana es una fruta, eso lo sabemos todos, y qué decir de las naranjas, o como les decimos en Puerto Rico, chinas. También es obvio que son frutas». Pero, cuando llegué al tomate, me encontré dudando. ¿Es una fruta o un vegetal?
La definición botánica: El tomate es una fruta
La respuesta, desde un punto de vista científico, es clara: el tomate es una fruta. En términos botánicos, una fruta se define como la parte de la planta que se desarrolla a partir de la flor y contiene las semillas. Esta definición incluye no solo los tomates, sino también otras cosas que normalmente no llamamos frutas, como los pimientos, las berenjenas y hasta los plátanos.
Recuerdo que, mientras estaba en la finca, saqué una berenjena de la canasta y pensé: «Esto lo consideramos un vegetal, pero, ¿y si tiene semillas?». Ahí fue cuando me di cuenta de que también entra en la categoría de frutas, ¡igual que el tomate! Como dije, todo lo que tiene semillas, como los plátanos y las fresas, se clasifica como fruta. Incluso si no solemos sembrar plátanos con sus pequeñas semillas porque son estériles, al abrir uno, puedes verlas dentro.
El uso culinario: El tomate como verdura
Sin embargo, aunque el tomate es una fruta en términos científicos, en la cocina lo tratamos más como una verdura. ¿Por qué? Es sencillo: en la gastronomía, solemos llamar verduras a aquellos alimentos que usamos en platos salados. Un tomate, por ejemplo, lo vemos más en ensaladas, salsas o guisos, que en postres, como hacemos con las manzanas o las fresas.
Esta dualidad entre ciencia y cocina puede parecer confusa, pero tiene sentido cuando lo piensas. En un contexto culinario, los tomates se asocian más a las verduras por su sabor y su uso en platos salados, a pesar de que técnicamente son frutas. Esto también pasa con otros alimentos. ¿Sabías que los pepinos y las calabazas también son frutas según la botánica?
El caso legal del tomate
La confusión sobre si el tomate es una fruta o una verdura llegó incluso a los tribunales. En 1893, la Corte Suprema de los Estados Unidos tuvo que decidir sobre este asunto debido a una disputa sobre impuestos. El fallo concluyó que, aunque científicamente es una fruta, para fines comerciales y fiscales se debía clasificar como una verdura, debido a cómo se usaba comúnmente en la cocina.
Me parece increíble cómo algo tan cotidiano como un tomate puede generar tanto debate. Como mencioné antes, estando en la finca y revisando mi canasta llena de plátanos, pimientos morrones y berenjenas, llegué a una conclusión: todo lo que tenía ahí era, técnicamente, una fruta. El tomate, los plátanos, incluso el pimiento morrón. ¡Todos con semillas! Esto me abrió los ojos a cómo la ciencia clasifica los alimentos de manera distinta a lo que estamos acostumbrados a pensar.
Frutas y verduras: Más allá del tomate
A menudo pensamos en las frutas como algo dulce, y en las verduras como algo que usamos para preparar platos salados. Pero la verdad es que esta clasificación no es tan simple. En la naturaleza, la línea entre frutas y verduras no siempre es clara, y el tomate es uno de los mejores ejemplos de esta ambigüedad.
Me gusta pensar en esto cada vez que estoy cocinando. ¿Cuántos de nosotros hemos comido un delicioso guiso de tomates sin pensar que estamos usando una fruta? O, ¿cuántas veces hemos visto un pimiento morrón en nuestras ensaladas y no nos hemos dado cuenta de que también es una fruta?
Así que, la próxima vez que tengas un tomate en tus manos, ya sea que estés cocinando o simplemente lo comas solo, recuerda: ¡es una fruta! Aunque en la cocina lo tratemos como verdura, la ciencia nos dice lo contrario.
Después de mi día en la finca y de reflexionar sobre esto, me quedó claro que el tomate es una fruta, pero cómo lo percibimos depende del contexto. En términos científicos, cualquier cosa con semillas que provenga de una flor es una fruta, y el tomate cumple con esa definición. Sin embargo, en la cocina, lo tratamos como una verdura por cómo lo usamos en nuestras recetas diarias.
Lo curioso es que, mientras pensaba en todas estas frutas que tenía en mi canasta, me di cuenta de que muchas cosas que llamamos verduras son, en realidad, frutas: los pimientos, las calabazas, las berenjenas, ¡e incluso los pepinos!
Así que ya sabes, si alguna vez te surge la duda, la respuesta es clara: el tomate es una fruta. Pero no te preocupes si en la cocina lo tratas como una verdura, ¡todos lo hacemos!
¿Qué es un tomate, una fruta o una verdura?
El tomate es botánicamente una fruta, pero culinariamente se clasifica como una verdura.
Explicación:
- Desde el punto de vista botánico:
- El tomate es una fruta porque se desarrolla a partir de la flor de la planta y contiene semillas. Según la definición botánica, una fruta es la parte del fruto que se forma a partir del ovario de una flor y contiene las semillas.
- Desde el punto de vista culinario:
- Se considera una verdura porque se utiliza principalmente en platos salados, como ensaladas, salsas y guisos, en lugar de postres o platos dulces, donde suelen utilizarse las frutas.
Curiosidad:
En 1893, la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó que el tomate debía considerarse una verdura a efectos fiscales, debido a su uso culinario.
