Todo lo que necesitas saber sobre la Col de Milán: La joya rizada del jardín
La col de Milán, también conocida como col de Saboya, es una de las variedades más apreciadas dentro del amplio mundo de las coles. Esta planta pertenece a la familia Brassica oleracea, la misma familia a la que también pertenecen el brócoli, la coliflor y el repollo, pero la col de Milán tiene un encanto único que la distingue: sus características hojas rizadas y ligeramente rugosas, que le dan una textura y apariencia inconfundibles.
Variedades de la Col de Milán
Existen tres tipos principales de col de Milán, cada uno adaptado a diferentes temporadas de cultivo. En mi experiencia, el tipo de primavera y verano forma una cabeza menos densa y ligera, mientras que la variedad de conservación tiene una cabeza más grande y compacta, perfecta para almacenarla por más tiempo. Por último, la variedad de invierno se destaca por su color verde intenso y su capacidad de tolerar el frío, una característica muy útil para quienes viven en climas fríos.
Cultivo y Cuidado
La col de Milán se adapta bien a diferentes tipos de suelos, siempre que estén bien drenados y con un buen nivel de nutrientes. Para garantizar una buena cosecha, es fundamental prestar atención a la polinización, ya que las flores de la col son hermafroditas, pero en su mayoría son autoestériles, lo que significa que necesitan polinizarse entre plantas distintas para garantizar la fecundación. En mi experiencia, esto es clave para conseguir una diversidad genética adecuada en el cultivo.
Además, al igual que otras brásicas, la col de Milán es bastante resistente a plagas comunes, aunque es importante estar atento a pulgones y orugas, que pueden atacar las hojas rizadas. Usar barreras naturales o cultivos en rotación puede ayudar a mantener a raya estos problemas.
Beneficios
Nutricionalmente, la col de Milán es una fuente rica en vitamina C, fibra, y antioxidantes. A lo largo de los años, he descubierto que incluirla en la dieta regular no solo añade un toque diferente a las ensaladas y sopas, sino que también tiene beneficios para la digestión y el sistema inmunológico. De hecho, sus propiedades antiinflamatorias la convierten en un alimento recomendado para quienes buscan mantener una alimentación saludable.
Producción y Conservación de Semillas
La col de Milán es una planta bianual, lo que significa que durante el primer año se cultiva para consumo, y durante el segundo año produce semillas. El proceso de recolección de semillas es fascinante. He encontrado que las siliconas (cápsulas donde se forman las semillas) deben madurar completamente antes de ser recogidas. En caso de que no todas las siliconas maduren al mismo tiempo, suelo cosechar los tallos de manera progresiva para evitar la pérdida de semillas.
Una vez recolectadas, las semillas se secas bien en un lugar ventilado. He descubierto que almacenarlas en un ambiente fresco, incluso en el congelador por unos días, ayuda a eliminar parásitos y prolonga su viabilidad hasta por 5 años.
Resistencia al frío
La col de Milán es conocida por su notable resistencia al frío. En mi experiencia, he cultivado variedades que toleran temperaturas de hasta -15 grados Celsius, lo que la convierte en una opción ideal para climas fríos. De hecho, muchas de sus variedades pueden sobrevivir al invierno al aire libre sin problemas, lo que me ha permitido disfrutar de una cosecha durante los meses más fríos.
Receta de Col de Milán Salteada con Ajo y Panceta
Ingredientes:
- 1 col de Milán (también conocida como col rizada o savoy)
- 150 g de panceta en tiras
- 2 dientes de ajo
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Sal al gusto
- Pimienta negra recién molida al gusto
- 1 chorrito de vino blanco (opcional)
- Perejil fresco picado (opcional)
Instrucciones:
- Preparar la col de Milán:
- Retira las hojas exteriores de la col si están dañadas.
- Lava la col, escúrrela bien y córtala en tiras finas.
- Cocinar la panceta:
- En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio.
- Añade la panceta y cocínala hasta que esté dorada y crujiente. Retírala y reserva.
- Saltear el ajo:
- En la misma sartén, añade los dientes de ajo picados y sofríelos durante 1-2 minutos hasta que estén dorados.
- Cocinar la col:
- Incorpora la col de Milán a la sartén, sube un poco el fuego y remueve bien para que se impregne del aceite y el ajo.
- Salpimienta al gusto y, si deseas, añade un chorrito de vino blanco. Cocina durante unos 8-10 minutos o hasta que la col esté tierna pero conserve algo de textura.
- Mezclar y servir:
- Agrega la panceta crujiente a la sartén y mezcla bien.
- Sirve caliente, espolvoreando perejil fresco picado si lo deseas.
Sugerencia de acompañamiento: Este plato es ideal como guarnición para carnes asadas o como plato principal con un poco de pan rústico.