El alquequenje, también conocido como physalis, es una fruta exótica que se caracteriza por su color naranja brillante y su forma similar a una cereza, pero lo más distintivo es su envoltura de hojas que la protegen. Aunque esta planta pertenece a la familia de las solanáceas, junto a alimentos tan conocidos como el tomate o la patata, sigue siendo relativamente desconocida para muchos. Sin embargo, gracias a sus propiedades y versatilidad en la cocina, el alquequenje está ganando popularidad.

Originaria de Sudamérica, especialmente cultivada en países como Perú, Colombia y Bolivia, su expansión ha alcanzado casi todos los continentes, siendo una fruta apreciada tanto por su valor nutricional como por su peculiar sabor. En mi experiencia personal, descubrí que su sabor cítrico, que recuerda a una mezcla entre fresa y piña, lo convierte en un ingrediente ideal para ensaladas o incluso para preparar refrescantes bebidas en verano. Imagínate, cortando unas cuantas frutas y agregándolas a un vaso de agua con hielo: obtienes una bebida similar al agua con limón o lima, ¡pero con un toque más tropical!
Propiedades nutricionales del alquequenje
Una de las principales razones por las que esta fruta está ganando popularidad es por su impresionante valor nutricional. El alquequenje es una excelente fuente de vitamina C, con una concentración de aproximadamente 11 miligramos por cada 100 gramos de fruta. Además, también aporta vitaminas A, B1 y B3, junto con pequeñas cantidades de hierro y betacarotenos. Esto lo convierte en un potente antioxidante que no solo ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, sino que también protege la piel y los ojos.
De hecho, los beneficios del alquequenje no se limitan solo a eso. Desde mi punto de vista, una de las mejores propiedades de esta fruta es su capacidad para ser un excelente depurativo y diurético natural, algo que ayuda mucho a quienes buscan mantener una dieta equilibrada. Además, tiene propiedades antiinflamatorias y es capaz de acelerar la excreción de ácido úrico, por lo que es recomendable para aquellos con problemas de gota o articulaciones.
Usos culinarios
Aparte de sus propiedades para la salud, el alquequenje brilla por su versatilidad en la cocina. Personalmente, lo he probado en varias preparaciones, y me encanta lo fácil que es incorporarlo en diferentes platos. Su sabor agridulce lo hace ideal para ensaladas creativas, donde aporta un contraste perfecto con ingredientes salados. Además, he experimentado haciendo mermeladas caseras con alquequenje, y el resultado es delicioso. Su textura y sabor hacen que sea un complemento excelente para postres como tartas o helados.
Una de mis formas favoritas de disfrutar el alquequenje es simplemente consumirlo fresco. Es una fruta refrescante y ligera, perfecta para esos días calurosos de verano. Pero si quieres experimentar un poco más, puedes hacer salsas o incluso helados, lo que demuestra lo versátil que es esta fruta en la cocina.
Cultivo
Si te gusta la jardinería, el alquequenje también es una planta interesante para cultivar. Es relativamente fácil de cuidar, aunque requiere de ciertos cuidados específicos. En mi experiencia, necesita un suelo arenoso y arcilloso con abundante materia orgánica, y no tolera bien temperaturas inferiores a los 10 grados. Es una planta que puede propagarse a través de estacas, esquejes o semillas, lo que la hace accesible para cualquier aficionado a la jardinería.