A lo largo del tiempo, he escuchado muchos mitos sobre las frutas, algunos tan absurdos que hasta me cuesta creer que sigan circulando. Es importante desmentir estos falsos conceptos para que podamos disfrutar de las frutas sin preocupaciones innecesarias. Aquí te dejo cinco mitos que he escuchado más veces de las que puedo contar, y por qué no tienen ni pies ni cabeza.
1. La fruta tomada como postre engorda
Uno de los mitos más comunes que he escuchado es que si comes fruta después de una comida, te va a engordar. ¡Esto no tiene ningún sentido! Da igual si te comes una manzana a las 9 de la mañana o a las 9 de la noche, sus calorías no van a cambiar dependiendo de la hora del día. Las calorías de una fruta se mantienen constantes sin importar cuándo las consumas. Ya sea como snack a media mañana o como postre después de comer, la energía que te aporta una fruta es la misma.
Incluso me atrevería a decir que lo dramático aquí es cómo se repite este mito sin cuestionarlo. Déjate de tonterías sobre si es mejor comerla antes o después de la comida, ¡es lo mismo! Lo importante es disfrutar de la fruta en cualquier momento del día, ya que siempre será una opción saludable.
2. El aguacate aumenta el colesterol
Esta es otra creencia que tiene a mucha gente confundida. «El aguacate engorda porque tiene grasa, y por lo tanto, aumenta el colesterol.» A ver, sí, el aguacate es rico en grasa, pero no cualquier grasa. La mayor parte de las grasas que contiene son monoinsaturadas, como las que tiene el aceite de oliva, y estas no aumentan el colesterol. Al contrario, son grasas buenas que pueden ayudar a mantener el corazón sano.
Lo único que sí es cierto es que, como cualquier alimento rico en grasa, el aguacate tiene bastantes calorías. Pero esto no significa que te subirá el colesterol ni mucho menos. Claro, si te comes cinco aguacates al día, tal vez sí acabes sumando más calorías de las que necesitas, pero ¿colesterol? Ni hablar. Este es uno de esos mitos que tienen algo de verdad (porque sí, tiene grasa), pero están completamente malinterpretados.
3. Las frutas ácidas ayudan a adelgazar
Este mito está relacionado con la creencia de que las frutas ácidas, como el limón o la naranja, pueden quemar grasas. La realidad es que las frutas ácidas contienen ácidos orgánicos que nuestro intestino no absorbe, por lo que simplemente pasan de largo. Si has notado que tomar zumo de naranja a veces te provoca un ligero malestar estomacal o hasta diarrea, es por esto, pero no porque esté «quemando grasa».
La verdad es que lo único que pueden hacer las frutas ácidas es acelerar el tránsito intestinal, lo cual puede hacer que vayas al baño más rápido, pero eso no significa que estés perdiendo peso. No es que vayas a adelgazar por comerte un pomelo, simplemente vas a tener un tránsito más ligero, pero las calorías de la fruta las vas a absorber igual que cualquier otra.
4. Las fresas son afrodisíacas
Este es uno de esos mitos que siempre me hace reír. Todo el mundo ha escuchado alguna vez que las fresas, especialmente combinadas con chocolate, tienen un efecto afrodisíaco. Esto probablemente viene de las películas o de algunas escenas icónicas, pero la realidad es que las fresas no tienen nada que ver con eso. No hay ningún alimento que te convierta en una máquina de seducción instantánea.
Las fresas son solo una fruta deliciosa y nutritiva, pero su poder afrodisíaco es más un mito cultural que una realidad científica. Si realmente hubiera alimentos que despertaran la pasión de esa manera, los fruteros serían los sexólogos más demandados del mundo. Así que, si quieres mejorar tu vida amorosa, mejor céntrate en la conexión con la otra persona, no en lo que comes.
5. Los diabéticos no pueden comer melón ni sandía
Este mito me parece especialmente peligroso porque puede llevar a muchas personas con diabetes a evitar frutas saludables. La creencia es que el melón y la sandía tienen demasiado azúcar, por lo que están prohibidas para los diabéticos. Sin embargo, esto no es cierto. Los diabéticos pueden comer melón y sandía, solo tienen que hacerlo en porciones adecuadas.
Es cierto que el melón tiene más hidratos de carbono que la sandía, pero eso no significa que debas evitarlo por completo. Los diabéticos tipo 2 pueden comer estas frutas sin problema, siempre y cuando no se excedan. Por ejemplo, una raja o dos de melón son perfectamente aceptables y no causarán un aumento descontrolado de los niveles de glucosa en sangre. Incluso los diabéticos tipo 1, que dependen de la insulina, solo necesitan ajustar su dosis según la cantidad que consuman.
Así que no caigas en este mito. Melón y sandía no están prohibidos para los diabéticos, solo se deben comer con moderación, como todo en la vida.
En resumen, las frutas son una parte esencial de una dieta equilibrada y saludable. Lo importante es no caer en estos mitos que circulan sin fundamento. Comer frutas a cualquier hora del día, disfrutar de un aguacate sin culpa o incluir melón y sandía en la dieta de un diabético son opciones totalmente válidas. Desmontar estos mitos no solo nos ayuda a disfrutar más de los alimentos, sino también a llevar una vida más saludable y sin restricciones innecesarias.